Base Bíblica: Gálatas 1:6-9 ¨…hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo…¨
Introducción:
La iglesia en Galacia, al igual que las iglesias en las otras provincias romanas donde los apóstoles habían predicado el Evangelio del Señor Jesús, se estaba viendo amenazada por aquellos que querían insertar enseñanzas de hombres en la Palabra de Dios. Por muchos años los discípulos de Jesús habían esparcido la semilla del Evangelio por muchos lugares estableciendo la iglesia de Cristo. Con el tiempo, los apóstoles no solamente tuvieron el afán de predicar el mensaje de salvación para la humanidad, sino que también, tuvieron que enfrentarse a falsos maestros y a falsas doctrinas que se estaban insertando dentro de la iglesia de Cristo perturbando la enseñanza del verdadero y único Evangelio establecido por Jesucristo.
I. Todas las falsas doctrinas son una perversión del evangelio de Cristo. (Gálatas 1:6-7)
En la actualidad hay muchas religiones y sectas que proclaman tener el evangelio verdadero creando mucha confusión entre las personas. Muchas personas deciden seguir en la comodidad de la religión que heredaron de sus padres y no desean confrontar esas enseñanzas tradicionales que recibieron desde su niñez por parte de sus progenitores. Algunos por ejemplo nacen en Rusia siendo ortodoxos y mueren siendo ortodoxos, otros nacen en Utah siendo mormones y mueren siendo mormones, otros nacen en Latinoamérica siendo católicos y mueren siendo católicos simplemente porque fue lo que aprendieron desde su niñez. En todo caso, la Biblia no enseña que el verdadero Evangelio y la sana doctrina proviene de un linaje humano, de un trasfondo cultural o de una región geográfica. La sana doctrina del Evangelio de Jesús tan solo proviene de la Biblia.
Pero ¿cómo saber cuál enseñanza es la correcta? ¿Cómo saber cuál Evangelio es el verdadero? Sabiendo que enfrente de nosotros hay tantas religiones y sectas que proclaman ser las únicas y las verdaderas. En algunos bancos, cuando alguien es capacitado para trabajar allí, se le enseña a conocer con precisión los billetes verdaderos para que cuando tenga un billete falso enfrente sepa que ese billete está adulterado sin ni siquiera tocarle. A estos nuevos empleados no se les capacita para conocer con precisión los billetes falsos porque continuamente están saliendo todo tipo de billetes fraudulentos. Los cristianos verdaderos no están llamados a conocer y entender la doctrina de cada religión y secta que proclama tener a Jesús. Los verdaderos discípulos de Jesús están llamados a enfocarse en conocer la verdadera doctrina del Evangelio de Cristo en la Biblia.
II. El Evangelio de la Biblia es el único y el verdadero Evangelio. (Gálatas 1:8-9)
El único y el verdadero Evangelio es el que fue predicado por los apóstoles del Nuevo Testamento y anunciado por los profetas del Antiguo Testamento. Cualquier maestro contemporáneo (sea cual sea el título que posea) debe predicar y enseñar el Evangelio de las sagradas escrituras sin contaminarlo con enseñanzas religiosas o humanas, de lo contrario, estaría enseñando un evangelio diferente que lo haría anatema.
Evangelio (del griego Evangelion) significa buenas noticias de parte de Dios para nosotros. Esta palabra que significa buenas noticias es usada más de 75 veces en el Nuevo Testamento refiriéndose al regalo que Jesús le dio a la humanidad a través de su sacrificio en la cruz y en su resurrección. La Biblia nos enseña que todos los humanos estamos condenados a estar separados eternamente de Dios (Rom 3:23). Más sin embargo, hay buenas noticias de parte de Dios para nosotros (Evangelio), las buenas noticias de que Jesús pagó por nuestros pecados en la cruz y nos dio vida eterna (Rom 6:23). Las buenas noticias de que en el sacrificio de Jesús tenemos perdón de pecados y redención para nuestras almas ya que solamente en Jesús tenemos nuestra salvación (Jn 14:6) y es imposible ganarnos la salvación por obras humanas o a través de una religión (Ef 2:8-9).
El único evangelio verdadero fue el predicado por los apóstoles. El evangelio que proclamaron los apóstoles no lo recibieron de hombres o de ángeles, lo recibieron de Jesucristo mismo (Gal 1:11-12). Una de las características de la mayoría de las sectas o nuevas doctrinas, es que sus fundadores aseguran haberla recibido de ángeles, de sueños o de visiones. No hay nada nuevo que falte por ser revelado, ya toda la revelación está completa en la Biblia. Los apóstoles nos previnieron acerca de los falsos maestros que iban a aparecer predicando un evangelio diferente y fundando sectas y religiones a partir de sus falsas enseñanzas (Judas vrs 17 al 20). La Biblia también nos declara que todos los que predican un evangelio diferente están bajo la maldición directa de Dios, advirtiéndonos que aún, si un apóstol predicaba un evangelio diferente, recibiría su maldición (Gal 1:8-9 y Gal 2:11). Pablo fue más allá y aseguró que si aun él se desviaba del único Evangelio sería maldito. Los apóstoles del Nuevo Testamento permanecieron fieles a la Palabra de Dios y estuvieron dispuestos a morir por el único Evangelio verdadero de Cristo preparando Dios para ellos una recompensa. En cambio, la Biblia nos advierte que todos aquellos que perviertan el evangelio tienen un juicio y una condenación reservada, para ellos mismos, por parte de Dios (II P 2:3-4).
III. Viviendo en el único y verdadero Evangelio de Jesucristo.
Nuestra alma y nuestra vida eterna es demasiado importante para que simplemente confiemos en una religión porque nacimos en ella o para que nos dejemos impresionar por falsos maestros o falsas enseñanzas (I Tm 1:7, I Tm 6:3-6). Nuestra eternidad es altamente valiosa para que nos rindamos ante doctrinas llenas de misticismo, dogmas o palabras dulces que las masas quieren oír y no lo que Dios enseña en la Biblia (II P 2:18-19). Nuestra salvación es demasiado preciada para que vivamos en una religión o en una secta simplemente por presión o herencia familiar.
A través de la historia siempre han habido muchos falsos maestros que realmente no les ha importado nuestra salvación eterna, sino que, tan solamente han estado interesados en hacer de la fe un negocio o buscar sus propios intereses (II P 2:2-3). Por lo tanto, no podemos ser ovejas que se dejan impresionar por falsas enseñanzas (II P 1:16 y II Tm 4:3-4), ovejas que se dejan impresionar por las historias que cuentan los falsos maestros. No podemos ser ovejas que buscan las enseñanzas que su corazón engañoso quiere oír, sino al contrario, debemos ser ovejas que se rinden ante la Biblia para aprender la enseñanza del Evangelio que Dios siempre nos ha querido dar para mostrarnos la salvación a través de Jesús, nuestro redentor.
Jesús pagó un precio elevado por nosotros al hacerse hombre, morir humillado en la cruz y resucitar venciendo la muerte. Nosotros, entonces, estamos llamados a corresponder permaneciendo fieles a su Evangelio, estudiando con entrega la Biblia y enseñando a otros con fidelidad lo que en ella está escrito. Las buenas noticias de la Biblia nos dicen que el único verdadero Evangelio es el de la gracia de Jesucristo. Aquel Evangelio que nos lleva al arrepentimiento y no al remordimiento, el Evangelio que trae salvación a nuestras almas por medio de la en Jesucristo, en su muerte y en su resurrección. Todas las falsas doctrinas son una perversión del Evangelio y todos aquellos que predican un evangelio diferente están bajo maldición directa de Dios. por lo tanto, estamos llamados a ser inseparables al Evangelio de nuestro Señor Jesucristo.
Romanos 10:9-11 nos declara que si confesamos a Jesús con nuestros labios, creyendo en nuestro corazón seremos salvos. Todo aquel que en Él creyere será salvo y no será avergonzado. Si todavía no has aceptado a Jesús como el Señor y Salvador de tu vida y ese es tu deseo, puede hacerlo en este momento orando así:
Padre celestial, reconozco y confieso que soy pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Te agradezco por amarme así tal cual soy yo; creo en tu hijo Jesús quien murió en la cruz por todos mis pecados y quien resucitó al tercer día para darme vida eterna. Señor Jesús confieso con mis labios y con mi corazón que creo en ti y te acepto como mi Salvador y mi Señor. Haz de mí la persona que tú quieras. Toma control absoluta de todas mis acciones. Gracias por la salvación y la vida eterna que me regalas. En el nombre del Señor Jesús. Amén.
Ahora que has aceptado al Señor Jesús busca una iglesia de sana doctrina donde se predique el evangelio de Jesucristo. Una iglesia sana (No hay iglesia perfecta) donde puedas conocer a Dios más profundamente y vivir en la libertad que te dio Cristo.
Pastor Edisson Otálvaro.
Iglesia Cristiana la Cosecha, Phoenix, Arizona
lacosechaAZ@gmail.com