Sembrando el fruto del Espíritu en nuestras vidas
Sembrando el fruto del Espíritu en nuestras vidas

Sembrando el fruto del Espíritu en nuestras vidas

BASE BIBLICA: Gálatas 5:22-23

I. ¿Qué es un fruto?

Algunos frutos son una fuente de alimento para los humanos o los animales, pero su misión principal es la de proteger las semillas y asegurar su dispersión para la propagación de la especie. En el mundo salvaje los frutos de los árboles tienen diferentes tamaños y colores que son atractivos y de provecho para diversas especies. El propósito de un fruto en el mundo silvestre es de servir de alimento para que los animales lo coman y luego lo expulsen de sus cuerpos en otros lugares donde puedan germinar sus semillas y así asegurar la preservación de su clase.

II. ¿Qué es el fruto del Espíritu?

Dios, quien es el maestro de maestros, usa muchas veces lo conocido para enseñarnos lo desconocido. Usa lo natural para enseñarnos lo espiritual. El Señor Jesús en muchas ocasiones usó aquellas cosas que los campesinos y los pescadores que le escuchaban conocían, cosas con las cuales ya estaban familiarizados para enseñarles principios del Reino de los Cielos que ellos desconocían, como cuando les enseñaba a través de parábolas. La Biblia en Gálatas 5:22 no nos dice los frutos del espíritu, dice el fruto del Espíritu hablando de uno solo y no de varios. La lista en Gálatas 5:22-23 no nos habla de varios frutos sino de las  características de uno solo. El texto aquí empieza diciendo: ¨mas el fruto del Espíritu es…¨ y luego continúa dándonos 9 características de ese fruto. Por ejemplo, nosotros podríamos decir lo siguiente: el fruto del manzano es de cáscara roja, pulpa blanca, semillas negras y sabor dulce e inclusive añadir más características. El fruto del Espíritu es uno solo y el Espíritu Santo en Gálatas nos enseña 9 de sus características. El fruto del Espíritu es el que se encarga de embellecer nuestro espíritu y se encarga de dar a conocer el carácter de Jesús en nosotros y de sembrar la semilla del Evangelio en otros.

III. ¿Cuáles son las características del fruto del Espíritu?

Un fruto tiene la capacidad de ser de provecho para nosotros, para otras personas que amamos y para aquellos que están a nuestro alrededor. Cuando deseamos saber si un fruto es de provecho procuramos conocer sus propiedades. De igual manera, para saber como nos beneficia el fruto del Espíritu, debemos conocer sus características. Características que son presentadas por el Espíritu Santo y las cuales necesitamos comprender como hijos de Dios.

  • Mas el fruto del Espíritu es amor.
  • Amor en la Biblia no es un sentimiento, es una decisión del corazón.
  • Amor es un verbo, es una acción que se demuestra.
  • Amor es un mandamiento. Dios no pone sentimientos por mandamientos.
  • La Biblia nos dice que Dios es amor, no que tiene amor.
  • Jesús nos dijo que la ley y los profetas se resume en amar a Dios sobre todas la cosas y al prójimo como a sí mismo.
  • Un hombre o mujer que posee el fruto del Espíritu trae felicidad a su hogar cuando manifiesta el amor de Dios amando a su esposa (o), y a sus hijos con acciones y con palabras.
  • Mas el fruto del Espíritu es gozo. 
  • El gozo no es una emoción, sino una condición espiritual que se recibe por gracia.
  • El gozo trae una alegría superior a las emociones humanas donde hay confianza en Dios a pesar de que hayan adversidades.
  • En Hechos 16:22-25 vemos como al apóstol Pablo y a Silas después de haber sido rasgados sus vestidos, después de haber sido azotados, después de haber sido echados a la cárcel y  después de haber sido atados al cepo no perdieron su gozo y al contrario cantaban a Dios salmos y cánticos espirituales.
  • Cuando no perdemos el gozo en nuestras vidas a pesar de las adversidades alimentamos la fe en nuestra esposa (o) y en nuestros hijos y los hacemos sentir confiados en Dios y en su cuidado.

  • Mas el fruto del Espíritu es paz.
  • La paz está ligada a la fe. 
  • La paz de Dios es una condición espiritual que recibimos por gracia.
  • Cuando la paz de Dios habita en nuestros corazones ministramos esa paz a nuestra familia a pesar de que hayan tormentas que nos quieran robar la paz.
  • Mas el fruto del Espíritu es paciencia.
  • Job es un ejemplo de paciencia en medio del sufrimiento y el mal. Espero pacientemente el favor de Dios.
  • La paciencia nos da la firmeza para no dejarnos provocar o reaccionar con ira.
  • La paciencia nos da la firmeza para esperar por las promesas de Dios.
  • Cuando soy paciente aprendo a disciplinar a mis hijos con amor y a entender y tratar con amor a mi esposa (o).
  • Mas el fruto del Espíritu es benignidad.
  • Su sinónimo es la tolerancia y se asemeja a la paciencia.
  • Nuestra naturaleza adánica que tiende a lo malo tan solo es contrarrestada por la benignidad de Dios.
  • La benignidad nos lleva a tratar a otros con la gracia y misericordia de Dios.
  • Mas el fruto del Espiritu es bondad.
  • Bondad no es humanismo o lástima por alguien.
  • Los ojos bondadosos miran al prójimo como alguien que Dios ama y anhela su salvación eterna.
  • El bondadoso no es liviano con el pecado pero se ve a sí mismo también como alguien imperfecto que también necesita la gracia de Dios.
  • Mas el fruto del Espiritu es fe. 
  • Fe, fidelidad y creer se hallan como sinónimos dentro de la Biblia.
  • La fe nos lleva a confiar en el carácter de Dios y en su palabra.
  • Cuando tenemos fe, esa fe se evidencia a través de las obras.
  • La fe que tenemos en Dios marca a nuestros hijos y a nuestra (o) esposa (o) y los lleva a tener fe en Dios de igual manera.
  • Mas el fruto del Espíritu es mansedumbre.
  • La mansedumbre es contraria al orgullo.
  • Significa la actitud de sumisión a Dios y la disposición de aceptar a los demás con amor.
  • Mas el fruto del Espíritu es templanza.
  • Es dominio propio.
  • Es aquel que no se deja dominar por los apetitos sexuales, las iras, las contiendas la bebida, la comida y otras obras de la carne.
  • Dentro del hogar el hombre y la mujer que poseen el fruto del Espíritu y desarrollan la templanza protegen al hogar del desorden, la mala administración de los bienes y de la destrucción familiar.

IV. ¿Para qué sirve el  fruto del espíritu?

Hemos visto que un fruto natural nos alimenta y nos provee calorías, vitaminas, minerales y propiedades que nuestro cuerpo necesita. De igual manera el fruto del Espíritu no solo nos alimenta y fortalece a nosotros sino también a los que nos rodean en nuestro hogar, en la iglesia, en nuestro trabajo y en el entorno que vivimos. El fruto del Espíritu nos ayuda a ser de bendición y a ministrar para bien a nuestra esposa (o), a nuestros hijos, a nuestros hermanos en Cristo, a las personas que trabajan a nuestro lado y todos aquellos con los que tenemos contacto. El fruto del Espíritu nos lleva a mostrar el carácter de Jesús a otros a través de nuestras vidas. 

V. ¿Cómo se adquiere y se desarrolla el fruto del espíritu?
Primero tenemos que entender que el fruto del Espíritu es algo que se recibe por la gracia de Dios y tan solo se manifiesta en aquellos que han aceptado al Señor Jesús como el Salvador de sus vidas y han nacido de nuevo. Pero aunque vivimos por fe la Biblia nos enseña que la fe sin obras está muerta. En lo natural hay un proceso para desarrollar un fruto. I Corintios 9:10 dice: “…porque con esperanza debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del FRUTO.” y el profeta Ezequiel en 17:8 nos declara: “En un buen campo, junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y diese FRUTO, y para que fuese vid robusta.” Para adquirir el fruto hay que sembrar la semilla en buena tierra, arar el campo, abonar la tierra, regar la planta, limpiarla de las malas hierbas y cuidar del árbol. En lo espiritual debemos hacer algo semejante, dar la labor necesaria, muriendo a nosotros mismos,  pagando el precio para que nuestro espíritu fructifique. Para cultivar el fruto del Espíritu es necesario morir así como una semilla tiene que morir para dar fruto (Juan 12:24). El fruto del espíritu se desarrolla con el tiempo. No de la noche a la mañana. El campesino siembra y su sensatez le dice que tiene que esperar, cuidar y cultivar ese fruto. El Espíritu Santo nos dice en su Palabra que de igual manera el Fruto del Espíritu es algo que se adquiere en nuestro caminar cristiano en la medida que paguemos el precio.

¿Ya aceptaste a Jesús como el Salvador de tu vida?

La Biblia nos dice en el libro de Romanos en el capítulo 3:23-24 que todos los seres humanos estamos condenados a estar separados de la gloria y la presencia de Dios por toda la eternidad a causa de nuestros pecados. Pero Dios, en su amor y misericordia hacia nosotros, nos regaló la salvación eterna gratuitamente, justificandonos mediante la redención que es en Cristo Jesús. Jesús murió por nuestros pecados, derramando su sangre en el madero para pagar por nuestras deudas y resucitó al tercer día dándonos vida eterna. La Biblia nos enseña que la salvación no es por obras humanas, no es a través de una religión o por medio de algo que pueda hacer el hombre. Tan solo podemos ser salvos por la gracia a través de la fe en el sacrificio de Jesucristo. Romanos 10:9-11 nos declara que si confesamos a Jesús con nuestros labios, creyendo en nuestro corazón seremos salvos. Todo aquel que en Él creyere será salvo y no será avergonzado.

Si todavía no has aceptado a Jesús como el Señor y Salvador de tu vida y ese es tu deseo, puede hacerlo en este momento orando así:

Padre celestial, reconozco y confieso que soy pecador y me arrepiento de todos mis pecados. Te agradezco por amarme así tal cual soy yo; creo en tu hijo Jesús quien murió en la cruz por todos mis pecados y quien resucitó al tercer día para darme vida eterna. Señor Jesús confieso con mis labios y con mi corazón que creo en ti y te acepto como mi Salvador y mi Señor. Haz de mí la persona que tú quieras. Toma control absoluta de todas mis acciones. Gracias por la salvación y la vida eterna que me regalas. En el nombre del Señor Jesús. Amén.

Ahora que has aceptado al Señor Jesús busca una iglesia de sana doctrina donde se predique el evangelio de Jesucristo. Una iglesia sana (No hay iglesia perfecta) donde puedas conocer a Dios más profundamente y vivir en la libertad que te dio Cristo.

Pastor Edisson Otálvaro. 

Iglesia Cristiana la Cosecha, Phoenix, Arizona

lacosechaAZ@gmail.com